Dante: un oscuro romance by Camille Collins

autor:Camille Collins [Camille Collins]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Romántica
publicado: 2017-07-23T22:00:00+00:00

Capítulo 11

Dante dejó el comedor y caminó hasta la esquina, buscando un sitio seguro para telefonear. A él le preocupaba el que la seguridad de Cornier hubiese podido tener el tipo de alta tecnología de software o hardware (que no es tan difícil de conseguir) que les hubiese permitido triangular su sistema de telefonía celular para poder localizarlo.

-Yo no sé qué ocurrió. Dijo Dante al teléfono. –Aparentemente nuestros amigos chinos no hicieron un gran trabajo planeando todo.

Al otro lado de la línea, Gus maldecía bajo su aliento. Dante sonreía. Era bueno escuchar la voz de Gus. Era tranquilizador. La Hermandad aún permanecía intacta. Esta entrega fallida podría tal vez terminar por dañar la reputación de ellos un poco. Pero no era algo de lo que no pudieran recuperarse. Ellos jamás debieron involucrarse con los malditos chinos. ¡Qué error tan grande, avaricioso y estúpido!

¿Qué habían ganado con ese negocio? Un enemigo poderoso, despiadado. Daniel Cornier. No el tipo de hombre con quien quieras joder. Pero eso fue a lo que exactamente fuero e hicieron. Él esperaba que algún día cercano él tuviera que confrontar a los tipos de su seguridad nuevamente. Y cuando eso sucediera, él esperaba estar que ellos estuvieran mejor armados y determinados a hacer el trabajo correctamente.

-Mantén tu cabeza abajo. Dijo Gus. –Yo estaré en Nueva York como en cuatro días. Dante no estaba seguro sobre lo que acababa de escuchar. -¡Qué! Gus se rio entre dientes. –Siento que hora para mí de que me tome unas vacaciones de trabajo. –Me toca disfrutar de Nueva York por unos días y salvarte el trasero.

-¿No estás muy viejo para estar salvando a la gente? Parece que necesitas toda ayuda que puedas conseguir, pendejo.

Dante sonrió. Le encantaba discutir para adelante y para atrás con Gus. Solo deseaba él haber tenido ese tipo de relación con su propio padre.

-¿Cómo está la chica que tú mencionaste? Pregunto Gus.

Dante se detuvo, dejo de ir y venir por el callejón. Él cerró sus ojos. Taylor estaba a la vuelta de la esquina en el comedor esperándolo. Ella estaba definitivamente tratando de luchar contra el trauma y el shock. Él no podía culparla, actualmente, él estaba impresionado de que no se hubiese quebrado por completo ya. Ellos se habían conocido desde hace menos de una semana y ya habían experimentado un momento de muerte cercana. Eso era algo que los uniría para siempre.

-Ella está bien. Dijo Dante finalmente. Ella está conmigo.

-¿Chica cuadrada?

-Muchísimo.

-¿Tú piensas que ella es cómo Mamá Grande y Nenita?

-Mierda. Dijo dante al teléfono. Él pensó sobre esos parques de refugio de dos hileras que Gus siempre mantenía cerca de él. –Creo que ella los encontrará como gente muy interesante.

-Sí, en definitiva son interesantes.

Al terminar la llamada, dante permaneció en el callejón por unos cuantos minutos. Se sentía bien saber que Gus iría a la ciudad. La Hermandad tendría que permanecer de perfil bajo por un tiempo. Tendrían que imaginarse que tan lejos Cornier y su servicio de seguridad privada estaban deseosos de ir. ¿Cuán

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